La Logopedia, más allá de evaluar y diagnosticar todas las dificultades que se puedan presentar con el habla, también interviene en aquellos trastornos y patologías relacionados con la voz, el aprendizaje y comprensión del lenguaje. Dentro del ámbito de la Logopedia, ese que casi siempre se relaciona con el área de educación, pero que está más vinculado a la sanidad, encontramos un tipo de patología que, aunque sea una verdadera desconocida, está más presente en nuestra sociedad de lo que pensamos.
¿Qué es la disfagia?
Silvia Mateos, logopeda y propietaria de su propia clínica en el número 2 de la calle Jáudenes, conoce de primera mano qué es la disfagia y cómo puede llegar a afectar a nivel personal, social y laboral a las personas que lo sufren. Cuenta que “cuando la gente escucha disfagia, realmente no entiende a qué se refiere”, ya que existen otras nomenclaturas que son más escuchadas como la dislexia o la discalculia. Después de tres años de servicio sanitario en su clínica, ha podido comprobar cómo la disfagia está presente en nuestras vidas de forma muy recurrente y de formas totalmente distintas, pero con un factor común: la imposibilidad o la dificultad de ingerir alimentos y bebidas.
En ese sentido, la disfagia llega a ocasionar graves problemas en el proceso de alimentación del paciente y existen al respecto dos tipos, dependiendo de a qué etapa de este proceso afecte. Si el problema reside en la masticación para crear el bolo alimenticio, por dificultades de tipo orgánico o funcionales debido a la falta o la extracción de partes de la lengua, la mandíbula o en las piezas dentales, hablamos de una disfagia orofaríngea. Cuando el problema reside en la deglución, es decir, en tragar el alimento o la bebida, por dificultades en los músculos o en los nervios, se trata de una disfagia esofágica.
En algunos casos, la disfagia viene ocasionada por enfermedades más relacionadas con el deterioro cognitivo propio de la edad, como la demencia. En estos casos, según asegura Silvia “es verdad que no suelen acudir tanto a logopedia, porque se trata de personas mayores que incluso les resulta imposible salir de casa, pero no hay por qué descartar un proceso de rehabilitación”. Sin embargo, son muchos los pacientes que trata la logopeda tras accidentes cerebrovasculares (ictus) y cánceres (lengua, garganta y/o mandíbula).
“Tener disfagia te cambia la vida, debes aprender a hacer cosas que no sabes cómo aprendiste en su momento”
Como consecuencia, Mateos asegura que esta dolencia afecta de forma directa y absoluta en el día a día de las personas que lo padecen y su entorno. “Tengo un paciente, de entre 40 y 50 años, que, debido a la pérdida de movilidad de su lengua tras una intervención, no puede siquiera tragar su propia saliva”, atestigua. De esta forma, la saliva generada debe ser expulsada de alguna forma y, para él, esto no es nada cómodo. “Quizás no podemos ser conscientes de la realidad que ahora vive este paciente porque el acto de tragar está con nosotros desde que tenemos uso de razón, pero, cuando algo te lo quita, tu vida cambia”.
Existe la rehabilitación
En los procesos de rehabilitación, la clínica dispone de herramientas y terapias para poder progresar y alcanzar una mejoría de los pacientes. Por ejemplo, hay personas que no pueden tragar líquidos, por lo que se recurre al espesante para poder cambiar la textura y adaptarla a sus necesidades. Otros, no pueden tragar sólidos, así que se procede a la trituración de la comida. En algunos casos también se aplican técnicas y movimientos de la cabeza para poder ayudar a los músculos de la garganta a que realicen la presión adecuada para poder empujar el alimento. Silvia también dispone de multitud de herramientas para estimular la musculatura de la boca y para ayudar al paciente en el proceso de “reaprendizaje” del acto de masticar y tragar.
La importancia de la logopedia
Actualmente esta clínica dispone de un contrato menor para dar el servicio de rehabilitación de logopedia vinculado al servicio público, pero no duda en denunciar la situación actual del sector y el estado en el que, a consecuencia de ello, se encuentran muchos pacientes que acuden a sus manos. “Esto es una carrera contrarreloj, cuanto antes empecemos los tratamientos de rehabilitación, más posibilidades de éxito tendremos”, explica, haciendo referencia a que han llegado pacientes que deberían haber sido tratados meses antes con un nivel alto de urgencia y que, por la precariedad del sistema sanitario actual en Ceuta, no han obtenido una cita temprana en el hospital. “Si un paciente no es tratado de forma pronta, pierde plasticidad y opciones de recuperar conexiones muy valiosas”. Esta precariedad también implica que los hospitales, por lo general, tampoco estén preparados con menús especiales para disfagia.
Ante la situación que está viviendo el sector de la logopedia respecto a la sanidad pública, tras el anuncio de que INGESA pretende externalizar este servicio, Silvia habla con indignación de la situación del sector, indicando que “habría que crear una bolsa, ya que los logopedas estamos reconocidos como personal estatutario, dejando a un lado las licitaciones”. Así sería posible acceder a empleo público mediante este procedimiento.
Por ello, la labor de Silvia Mateos, de su clínica y de todo el personal logopeda es incuestionablemente fundamental para el desarrollo de nuestras capacidades, recuperar las habilidades o reaprender actos innatos sin importar la edad que tengas o cuál sea tu condición.