Cada vez más personas, y más jóvenes, sufren un ictus del que consiguen recuperarse y rehacer poco a poco su vida anterior antes del infarto. Para ello cuentan con neurólogos y fisios, pero no con logopedas, cuando el lenguaje y la capacidad de comunicación es una de las áreas que más suele verse afectada. Con motivo del Día Mundial del Ictus que se celebró ayer, 29 de octubre, la logopeda ceutí Silvia Mateos pone en valor la importancia que tiene recuperar la capacidad de comunicación para la recuperación global después sufrir un infarto cerebrovascular por el que es necesario entrenar el cerebro para que no se atrofie. En su clínica situada en la calle Jaúdenes, ayuda a pacientes que tras un ictus han dejado de hablar o no lo hacen con tanta fluidez, a recuperar su capacidad de comunicación.
Pregunta.- ¿Qué secuelas puede dejar el ictus en el habla?
Respuesta.- Depende del infarto cerebrovascular que te dé, la gravedad y la zona, se verán afectadas un área u otras del cerebro que provocan secuelas que no siempre son las mismas. En las que afectan al habla, más allá de la hipotonía (disminución del tono muscular), quedan dañadas zonas del cerebro que afectan directamente al lenguaje. Dentro de este tenemos distintas áreas, como es la comprensión, la repetición, la lectura, la fluidez, la denominación, etc. A lo mejor no todas están afectadas o solamente están afectadas dos, incluso también la movilidad, la motricidad y el tragar, lo que se conoce como disfagia. No son secuelas tanto en las cuerdas vocales en sí, como una parálisis de las cuerdas vocales a nivel neurológico.
P.- ¿A qué se refiere?
R.- El ictus deja una lesión neurológica. La orden, la envías, pero no llega a las cuerdas vocales. Es como si, por ejemplo, le hubiesen grapado la boca, pero a lo mejor es que deja de leer, de repetir palabras o sílabas y de escribir. Todas las variables del lenguaje y la comunicación se pueden ver afectadas, es decir, no solamente es la articulación. Hay afasias que afectan a la comprensión.
P.- ¿Qué importancia tiene poder tratarlo con la logopedia?
R.- Hasta que no le pasa a un familiar o alguien cercano, no eres consciente de las necesidades que tiene una persona que la ha dado un ictus, sobre todo las que tienen afectación en el lenguaje. Hay falta de pedagogía en todos los sentidos y falta de profesionales en el ámbito sanitario y en las residencias de ancianos. Los ictus suelen ser más habituales entre las personas mayores, pero ahora se están dando una gran cantidad de casos, casi un 50%, entre personas de 50 años o menos. Han aumentado muchísimo los ictus en personas jóvenes.
P.- Muchos vuelven a rehacer su vida.
R.- En los en los hospitales hoy en día no hay logopedas. Cuando hay pacientes que sufren un ictus, todo el mundo se fija en que a nivel neurológico esté bien, que responda que sepa dónde está y en la movilidad, porque es lo que afecta a la gran mayoría. Pero en el habla también hay secuelas y no hay logopedas a pie de cama, como sí hay neurólogos o fisios. Cuanto antes empieces e intervengas, mejor será la recuperación del paciente. Hay una gran diferencia.
P.- ¿En qué consiste exactamente su labor?
R.- Depende del tipo de afasia (trastorno del lenguaje que se caracteriza por la incapacidad o la dificultad de comunicarse). Hay veces que directamente no pueden hablar, por un problema a nivel articulatorio, es decir, no pueden reproducir la palabra que tienen en la cabeza. Entonces les ayudó a sacar esas palabras que sí tienen en la cabeza, pero no pueden producir. En la consulta se programa bien el objetivo individual de cada paciente, qué es lo que necesita y trabajamos sobre eso. Les ayudó a comunicarse y a poder hablar. Es importante tener en cuenta que el habla no vuelve a ser como era antes del ictus, por ello con que el paciente tenga esa capacidad ya es un avance muy grande.
P.- ¿Cuándo se debería empezar a acudir al logopeda?
R.- A la consulta vienen los pacientes después de un año o unos cuantos meses. Lo ideal es que el logopeda esté a pie de cama en el hospital, pero como no existe esa figura, lo recomendable es empezar una vez que el paciente tenga fuerzas para poder estar en casa o retomar su nueva vida para empezar cuanto antes con la rehabilitación. El cerebro es un músculo, si tenemos una lesión y no trabajamos recién dada, ese músculo se atrofia y no consigue recuperarse del todo
P.- ¿Se puede recuperar la misma fluidez de antes de sufrir el ictus?
R.- Es importante saber que no se puede recuperar al 100%. Mucha gente va a rehabilitación y se queja de que sigue sin poder hablar con fluidez. Hay una lesión que no se puede revertir, pero cuanto antes empecemos, más vamos a recuperar.
P.- ¿Qué peso tiene el componente psicológico del habla en la recuperación de un ictus?
R.- No solamente hay secuelas del lenguaje, sensitivas, en la dificultad de tragar, es que también se te quedan secuelas psicológicas. La vida cambia al cien por cien, hay que reaprender a hablar. Ellos siguen estando ahí, pero no pueden comunicarse como antes. Psicológicamente para el paciente es muy fuerte, hay muchos casos de depresiones. Psicológicamente están muy frágiles y los que les rodean también.
P.- ¿Qué pueden hacer ellos para sacar el máximo rendimiento a las sesiones?
R.- Es muy importante su autoestima. Psicológicamente afecta tanto, que si se ven muy deprimidos es muy difícil avanzar. Lo bueno es que se retroalimentan cuando ven que cada día pueden un poquito más y van avanzando. Hay veces que se quejan de que no pueden hablar y no se dan cuenta que son ellos mismos los que me lo están diciendo con sus palabras. Pero es complicado porque de un día para otro cambia su vida por completo, tienen que volver a andar, comer, hablar, todo.
P.- La familia y los seres queridos son importantes en todo ese proceso.
R.- También hay que darle la atención que se merece a la persona que se pone en el rol del cuidador. Al final esa persona también cae en el sentido psicológico. La protagonista es la persona que ha sufrido el ictus, pero el cuidador o la pareja porque al final siempre es la pareja, que se hace cargo de todo, llevarlo al baño, ducharlo, darle de comer, es importante que también sepa pedir ayuda y no dejen su vida social. La relación también cambia y al final, el cuidador también lo sufre en primera persona. Hay que cuidar al cuidador. Puede ser la pareja, pero también padres y madres. Hay muchos jóvenes que sufren ictus.
P.- ¿Cuál es la diferencia de estas sesiones con personas que han sufrido un ictus a otro tipo de pacientes?
R.- Los niños, por ejemplo, son menos conscientes del problema. Lo contrario de los adultos, ellos ven el problema, ponen más valor a lo que hacen y se esfuerzan más. Cuando tienes a un paciente adulto sentado frente a ti y te está diciendo que su vida ha cambiado que no es el que era antes, percibes la necesidad tan grande que tiene, te está pidiendo socorro.
P.- Como comentábamos antes, no hablar con fluidez tiene un componente psicológico importante y puede crear muchas inseguridades.
R.-A nivel social todo se paraliza. No puedes hablar ni con tu mujer ni con tus hijos. De hecho, a veces no se acuerdan ni del nombre de los niños o no son capaces de reproducirlo. Para todos los casos de ictus en los que el lenguaje se ve afectado el logopeda es necesario, y cuanto antes se empiece a trabajar mejor.